viernes, 4 de abril de 2014

Cada vez que voy a verte pienso mucho qué ropa voy a ponerme Soy un poco banal, lo sé, pero me gusta mucho cuando haces ese gesto con tu boca y cuando moves las manos mientras decís cosas importantes Estoy segura que no te das cuenta de la belleza escondida en todos tus ademanes Tengo miedo que se note cuánto me gusta escucharte, que cada tanto que me mires y el sentir, como parte del ambiente, tu perfume me da vergüenza que percibas cuánto me gustaría tocarte Te miro las manos y hasta tus uñas me gustan Por eso, cada vez que salgo de casa me cuestiono Dejar mi pelo suelto o hacerme un rodete En verdad me preocupa que notes que estoy arreglada Por eso hoy estuve un poco ausente Quiero rechazar todas las cosas que implican el ser minita Todas, menos ponerme ropa linda para verte.

jueves, 3 de abril de 2014

A Ludovica con amor

Casi todos los días leo mi horóscopo
No sé bien por qué lo hago
Ni bien termino de hacerlo
olvido todas y cada una de las palabras.

Al empezar el año leo el chino
Y cada mes el de una revista de moda
Durante la semana con el de algún diario me basta
Es como una costumbre que afirma lo que soy

Hace muchos años un chico me escribió un poema
Y también una canción
Como nadie más escribió sobre mí
Leo el horóscopo y busco coincidencias

Fin.

miércoles, 19 de marzo de 2014

Acerca del cuidado II

Los olores de mi infancia son los de la chacra de mis abuelos. La madera del nogal, las uvas pasadas colgando de los racimos y las abejas bailando alrededor de ellas. El agua de la acequia en los tachos de pintura, los almohadones de los sillones del patio, las sábanas almidonadas de las camas. El ropero, el baño, la toalla del baño, la boina de mi abuelo, el sillón y su polvillo, la grasa del galpón, el oxido de los tornillos en los frasquitos de crema de porcelana. La sopa de garbanzos, los fideos de mi abuela. El metal de las cucharitas. El tomate triturado los días de hacer salsa. Los caramelos de coco.
Mi abuelo rara vez hablaba, tenía ojos hermosos y seguro que por eso las palabras no estaban de su lado. Mi abuela, que hablaba -aunque siempre con cautela, nos cantaba canciones de su tierra, nos daba chocolate amargo cuando sabíamos pedírselo al oído. La abuela además nos curaba de casi todos nuestros dolores, su remedio era infalible: un té y una aspirina. Con eso se eliminaba el dolor de panza, de cabeza, la sueñitis y también la mañositis.
No hace mucho tiempo me estaba quejando por algún dolor, mi mamá me dijo que me tome una aspirina, pero yo no quise. “Cuando eras chica tu abuela te daba una, disuelta en una cucharita con un poco de azúcar, un té, y se te pasaba todo”, replicó. Yo me quede callada porque tenía razón. Lo único que pude decir, bajito y casi para adentro, es que, en verdad, mi abuela nos curaba con su amor. 

martes, 18 de marzo de 2014

Acerca del cuidado

Aquella nochecita, cuando me acompañaste a Constitución,
Me diste un beso en la frente y me pediste que me cuide.
Yo me subí al tren pensando que apenas iba a extrañarte,
No me dio culpa, al contrario, me sentí aliviada.
El resto de las imágenes son la antítesis de las típicas despedidas
de enamorados en las estaciones.

Te fuiste antes de que el tren se vaya y eso me hizo sentir un poco sola.
Cómo me cuesta acostumbrarme a la idea de que todo va bien
Siempre estoy esperando el momento en el que el engranaje comience a fallar.
A veces, solo a veces, soy optimista y pienso que estamos construyendo algo nuestro.


Ph: Andrés Mármol. Más de sus fotografías en http://www.behance.net/behold-am

viernes, 28 de febrero de 2014

Ojos secos

Me puse contenta cada vez que descubrí una coincidencia entre los dos
Adoré saber que tus dedos, laxos como los míos, son suaves y blanditos
Que te gustan las series, que escribís poesía y que te da una bronca imparable que te traten mal en un bar.
Por un momento sospeché que eras mi mejor amigo
Luego pensé que sería lindo mirar el sol acostados en la plaza
Pero ahora, que todo eso es nada, resulta conveniente pasar a tiempo pasado cada una de las oraciones.
Tengo miedo a quedarme mucho tiempo sola y eso me provocan unas repulsivas ganas de llamarte.
Me quedo tildada mirando la pared en blanco y hasta me olvido de pestañar
Creo que a veces es bueno ser una la que no se enamora.



Imagen del film Laurence anyways de Xavier Dolan

Otra

Me mudé de ciudad y desde entonces todo me sorprende
Varias veces al día me descubro extasiada con alguna cotidianeidad
Las personas y sus diferencias son lo que más me gusta
Sus rostros, sus ropas, sus peinados
Sus formas de andar,
Si cantan, leen, conversan o murmuran
Si usan Black Berry, iPhone, o un celular con linternita
Cuando voy apretada en el subte a veces chusmeo las pantallas de los celulares
Y en el colectivo leo palabras sueltas de quien lee al lado mío
Me atrapa lo que dicen las chicas que van en los asientos de atrás
O la conversación con el marido por teléfono de la señora que acaba de tocar el timbre.
Siempre llevo algo en mi mochila para atravesar los momentos de espera,
Que en esta ciudad no son pocos
Pero he descubierto que a veces, solo a veces, saco los auriculares para escuchar música
Aunque intento escribir lo que me produce esta ciudad
Siento que nunca cumplo con mis expectativas.
Los sentimientos me revolotean y es lindo que, en general, me abrumen
Cuando parece que todo se pone calmo y en mi casa ya no hay más ruidos
Empiezo a pensar que tal vez mudarme se me haga un vicio.



lunes, 24 de febrero de 2014

Diciembre

Hay mucha policía, hay mucho saqueo
Contradicciones mientras leo un libro que habla del amor
Las frases hechas, las mismas imágenes en distintos lugares
Sigo leyendo, pero no me puedo concentrar
Una frase resuena en mis ojos: el miedo se te mete en el cuerpo.
A veces comprendo por qué tardo tanto en terminar un libro.