viernes, 29 de noviembre de 2013

La amenaza

Semanalmente reviso tus cosas, antes de asegurarme de que nada haya cambiado el miedo me gana, imagino en segundos una sucesión de fotografías en las que estás vos y el amor. Eso me atormenta. Cuando estoy tranquila me dedico a unir pedacitos tuyos para sentirte más cerca. “Es el océano” –dije, “ahí no hay océano” –me respondió. Esta vez era claro: no había océano, yo lo deseaba.

Ayer terminé de bañarme y pensé en esa creencia que afirma que cuando el vaso es compartido, se conocen los secretos. Cuando se utiliza el mismo toallón ¿quedará registro de los cuerpos? Da igual, yo sólo temo no poder volver a tiempo.