Me mudé de ciudad y desde entonces todo me sorprende
Varias veces al día me descubro extasiada con alguna
cotidianeidad
Las personas y sus diferencias son lo que más me gusta
Sus rostros, sus ropas, sus peinados
Sus formas de andar,
Si cantan, leen, conversan o murmuran
Si usan Black Berry, iPhone, o un celular con linternita
Cuando voy apretada en el subte a veces chusmeo las
pantallas de los celulares
Y en el colectivo leo palabras sueltas de quien lee al lado
mío
Me atrapa lo que dicen las chicas que van en los asientos de
atrás
O la conversación con el marido por teléfono de la señora que
acaba de tocar el timbre.
Siempre llevo algo en mi mochila para atravesar los momentos
de espera,
Que en esta ciudad no son pocos
Pero he descubierto que a veces, solo a veces, saco los
auriculares para escuchar música
Aunque intento escribir lo que me produce esta ciudad
Siento que nunca cumplo con mis expectativas.
Los sentimientos me revolotean y es lindo que, en general,
me abrumen
Cuando parece que todo se pone calmo y en mi casa ya no hay
más ruidos
Empiezo a pensar que tal vez mudarme se me haga un vicio.
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